"Él (Rafa Benítez) fue, sin lugar a dudas, el mejor estratega para el que he tenido la suerte de jugar. Podía cambiar la formación, el esquema de juego y la táctica tres o cuatro veces en un mismo partido. Como practicamos sus diferentes sistemas, cualquiera sabía qué hacer en un momento determinado y ante otros esquemas diferentes. También recuerdo especialmente el día que perdíamos 1-0 ante el FC Barcelona en el 'Camp Nou'. Benítez estaba allí, en la banda, tranquilo, gesticulando con sus manos hacia abajo, pidiéndonos que, sobre todo, tuviésemos calma, mucha calma. Algunos de nosotros teníamos un poco de miedo a perder, pero resultó clave su frialdad, ser frío como el hielo, porque cuando temíamos que nos pateasen acabamos ganando. Sí, él se quedó allí, muy tranquilo en el banquillo y sólo nos dijo: 'Hay que jugar fácil, hacerlo fácil y continuar jugando como se está jugando'. Tal cual, al final ganamos el partido por dos a uno".