Continuamos con una situación mundial complicada. El coronavirus no respeta nada, ni países, ni regiones, ni ciudades; tampoco diferencia entre las personas, afectando, por supuesto, a nuestros deportistas y, en consecuencia, a nuestro fútbol. Todo está cambiando, y el futbol de los próximos años tampoco será como el que conocíamos. Las medidas que se han tenido que tomar son duras y nos afectan a todos: confinamiento por varios meses, distancias interpersonales, mascarillas, etc... Esta paralización de la actividad está generando una crisis económica sin precedentes, que condiciona no sólo nuestra vida en general, sino también a nuestro deporte, y de forma grave.

En lo deportivo, va a haber muchos cambios buscando proteger la salud de todos los participantes: jugadores, entrenadores, árbitros, personal auxiliar, etc. Ya lo estamos viendo en los primeros partidos celebrados este pasado fin de semana. Como consecuencia de lo anterior, todo el mundo está hablando sobre el confinamiento, el distanciamiento entre personas y sobre la economía. Como he dicho en alguna otra ocasión, el ejemplo de un equipo de fútbol y el concepto de equilibrio que intento aplicar en los equipos que dirijo nos podría mostrar una manera de ir saliendo de la crisis.

Se me ocurren algunas preguntas como:

¿Puede que un cierto equilibrio en la implementación de las medidas nos ayude a mejorar la situación actual?

¿Cuándo acaba el confinamiento y cuando se debe tener en cuenta la economía?

¿Qué es más importante, salvar vidas o la economía? Para mí, en este aspecto, no hay ninguna duda, siempre primero las personas.

¿Salimos de casa, nos olvidamos del confinamiento, volvemos todos a trabajar y ‘jugamos sólo al ataque’ en la situación actual? o ¿nos mantenemos más tiempo en casa, ‘somos más defensivos y jugamos al contraataque’, volviendo al trabajo cuando sea posible y poco a poco?

Yo no tengo las respuestas, se lo dejo a las autoridades sanitarias y políticas, pero como entrenador, lo que sí puedo decir es que hay que analizar la situación y tener un plan, unos objetivos que se vean como alcanzables, para convencer a tu equipo (en este símil, compuesto por la población) y que crea en lo que les transmites porque tiene lógica, tiene sentido y entonces te seguirán. Así es como intento transmitir mis ideas.

Y ahí es donde debemos tener en cuenta el equilibrio que debe existir entre las acciones, en este caso, para salvar vidas (objetivo principal) y las soluciones para salvar la economía. El buen líder es capaz de moverse en el manejo de lo dicho anteriormente, buscando el equilibrio necesario para conseguirlo. Me gusta referirme a este concepto como un factor clave para el éxito de mis equipos. La gente suele confundir el plan de juego, la organización y el equilibrio con un enfoque defensivo, pero en realidad es todo lo contrario. Estos conceptos, junto con el convencimiento y la intensidad, son los que te llevan a tener éxito y a ganar títulos en el fútbol.

Cuando hablamos de personas, de un equipo de fútbol, tienes que convencer a tus jugadores del proyecto que quieres llevar a cabo y seguro que te seguirán. Pero ¿lo estamos haciendo, hemos conseguido convencer al equipo, a la población, de que lo que les proponemos es lo mejor para el grupo, para todos? De nuevo, el equilibrio se revela como una palabra clave. Tienes que pedir algo a tus jugadores y, a cambio, tienes que darles algo, tienen que entender que se puede conseguir el éxito juntos. Hay que adaptar y explicar tu plan de juego a las circunstancias, a tus jugadores y detallar porqué tienen que hacerlo. Creo que es la forma adecuada de transmitir confianza y así, llegar al convencimiento y, si confían en ti, harán lo que les pidas y tendrás más opciones de conseguir tus objetivos. Esa es mi experiencia.

Si lo que quieres es mantener la economía y salvar vidas al mismo tiempo tienes que preguntarte: ¿qué han hecho los demás con los mismos recursos (información, datos)? ¿Puedes ser más claro en tu forma de explicarlo, de llevarlo a cabo, de gestionar el plan? ¿Se puede intentar que los trabajos tradicionales sean más seguros? ¿quizás contar con menos trabajadores y alternar los días de trabajo, o incluso dejar a una sola persona por departamento? Y para reducir los riesgos, deberíamos asegurarnos de que todo el mundo use mascarillas, se lave las manos, use gafas y mantenga la distancia recomendada. De esa forma, el sistema sanitario sería capaz de asumir la carga de trabajo y tratar de la mejor forma posible a los pacientes infectados.

Si tienes ambición como entrenador siempre quieres construir algo mejor y subir al siguiente nivel, no basta con llevarse bien con los jugadores y darles días libres para que estén contentos, hay que fijarse nuevas metas. Si quieres ganar algo, necesitas encontrar el equilibrio, tienes que ser amigo, pero a la vez ser exigente, pedir intensidad, construir una mentalidad ganadora, trabajando duro y siendo claro con tus instrucciones y normas.

En estos tiempos difíciles, de pandemia, como líder tienes que ser claro y tomar decisiones. Lo importante no es tomar decisiones populares o convencer a la gente de que estás en lo cierto; tienes que hacer lo mejor para tu país y para tu gente, es tu responsabilidad. ¿Cómo puedes salvar vidas y mantener al país trabajando? ¿Quizá encontrando el equilibrio?

Mantente seguro, quédate en casa.