El Blog de Rafa Benítez
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Rafa Benítez
Tampoco decepcionó el partido de ida de la segunda de las eliminatorias que buscan la final de la Uefa Champions League en Múnich. Como sucedió sólo 24 horas antes, el partido de ayer en Londres fue muy reñido, tremendamente disputado, con un gran dominador pero con un único vencedor. Y es que a lo peor hay que dar vigencia a esa especie de máxima que dice que las victorias no se merecen, se consiguen y punto. Ganó el Chelsea porque aprovechó una de las pocas ocasiones de las que dispuso. Y perdió el Barça justo por todo lo contrario, porque no supo convertir en gol una de las opciones del amplio abanico de que dispuso. Cosas del fútbol. Vamos a meternos en el partido.
Chelsea, 1-Barcelona, 0.
Se esperaba al FC Barcelona con gran expectación en ‘Stamford Bridge’. Los mensajes de los jugadores del Chelsea antes del partido eran positivos, se veía que estaban concienciados y daba la impresión de que sabían lo que tenían que hacer. Pero aún así, se respetaba, y mucho, al conjunto azulgrana, como se vio a lo largo y ancho de todo el partido.
Nadie ha repetido título en dos años consecutivos en la Champions League y muchos esperaban que este Barcelona sería el primero en hacerlo debido a la extraordinaria calidad de sus futbolistas, lo que les otorgaba a priori la condición de favoritos. Sin embargo, habrá que esperar al ‘Nou Camp’ para saber quién de los dos contendientes estará en la final. Y es que el 1-0 es un resultado muy, muy peligroso. Un gol fuera de casa conseguido por los ‘blues’ obligaría a los ‘blaugrana’ a meter tres goles para pasar directamente. Y podemos advertir que no será fácil controlar todos y cada uno de los contraataques del Chelsea en Barcelona.
En principio, el Chelsea salió con un proyecto de 1-4-3-3 que en realidad se convirtió en un 1-4-5-1 porque los hombres de fuera estaban muy atrás para ayudar en defensa. Incluso Drogba estuvo pegado a los centrocampistas durante gran parte del partido para echar una mano en lo que hiciese falta con tal de cerrar el camino al gol.
El Barcelona, por su parte, partió con su habitual sistema 1-4-3-3, con mucha libertad para Messi, que casi nunca arranca como delantero centro, y lo mismo para Fábregas, que trató de aprovechar los pocos espacios que pudo encontrar entre líneas en la zaga del cuadro local.
El Chelsea entendió enseguida cómo iba a ser el partido, como se iba a desarrollar el guion. El Barcelona tendría el balón y ellos debían contraatacar y aprovechar los balones largos o las acciones a balón parado, al más puro estilo inglés, para intentar sorprender a la defensa catalana. No había otra opción, había que buscar uno de esos tres caminos.
Rara vez intentaron salir jugando desde atrás y, cuando lo hicieron, la presión del Barcelona les obligaba a retrasar el balón para que Cech golpeara en largo buscando a Drogba por el centro o a Ivanovic en la banda. A partir de ahí, había que intentar ganar la segunda jugada como fuese para continuar el juego.
Las otras dos armas que pretendía utilizar llegado el caso el equipo londinense eran las acciones a balón parado, saques de banda largos de Ivanovic, corners o faltas, junto a los escasos contragolpes que pudieran a duras penas elaborar.
En uno de esos contraataques vino el gol que, a la postre, sería definitivo. Messi intentó driblar en medio campo a Lampard, que recuperó el balón y jugó en largo al espacio para que Ramires llegase conduciendo hasta el área. Luego bastó que encontrase, con un pase paralelo, a Drogba libre de marca, porque ambos centrales fueron a intentar frenar al brasileño y dejaron sólo a Drogba, y que éste pusiese el uno a cero en el marcador, lo que le da esperanzas y confianza a su equipo ante la visita al ‘Nou Camp’.
Todo podría haber sido distinto si Alexis Sánchez hubiese marcado en vez de enviar el balón al travesaño en los primeros minutos del partido, cuando le cogió la espalda a la defensa. Pero el fútbol es así de caprichoso y esa oportunidad será recordada durante toda la semana, o incluso más tiempo, dependiendo del resultado del partido de vuelta.
El Barcelona asumió el papel de favorito, tuvo la posesión del balón desde el primer momento (72%, con 223 pases completados por el Chelsea y 843 por el Barcelona, 1 córner para el Chelsea y 8 para los catalanes, 4 tiros para los azules por 19 para los azulgranas y 70% de los pases del Barcelona fueron en campo contrario (datos aportados por Opta)). Sin embargo, esto es lo que hace al fútbol diferente a otros deportes y por eso el uso de los datos o las estadísticas debe hacerse en el contexto adecuado.
El resumen del partido es simple. El Chelsea defendía con diez y hasta once hombres detrás del balón, con la defensa bastante retrasada la mayoría del tiempo y buscando recuperar y salir al contraataque cuando podían. Por su parte, el Barça intentaba penetrar a través de esa barrera humana, con poco éxito en la mayoría de las ocasiones por su insistencia en hacerlo por el centro.
Cuando lo hacían por las bandas y tenían posiciones para centrar, se encontraban tantos jugadores dentro del área que el centro no tenía apenas sentido.
Salvo al principio del partido, en general no había espacio a la espalda de la defensa londinense y era difícil crear ocasiones, excepto un par de penetraciones de Fábregas y la mencionada ocasión de Alexis Sánchez en los primeros minutos. Además, la línea de centrocampistas, formada por hasta cinco jugadores, cada vez se acercaba más a su línea defensiva y tampoco había espacio para jugar con facilidad entre líneas. Messi se retrasaba para iniciar sus jugadas desde allí y Fábregas trataba de ocupar el hueco que dejaba el argentino para recibir algún balón interior.
Así transcurrió la primera parte, con un balón de Fábregas que saca Ashley Cole bajo los palos como jugada más peligrosa, un remate de cabeza lejano, aunque con intención, de Messi y poco más que contar en cuanto a situaciones de peligro se refiere.
La segunda parte, con el 1-0 en el marcador, obliga a que se acentúen aún más las dos ideas en cuanto a la forma de jugar. El Chelsea a defender un poco más si cabe, para salir a la contra o sorprender en alguna acción a balón parado, y el Barcelona a dominar el partido, a tener el balón y con la dirección de Xavi, a buscar una y otra vez la manera de llegar a inquietar a Cech.
A medida que avanzaba el partido, Messi intentaba con más ahínco desequilibrar en jugadas individuales, aunque con poco éxito por la cantidad de contrarios que le rodeaban. Al menos provocó un par de faltas cerca del área, no obstante tampoco sirvieron para crear mucho peligro.
El Barça no creaba muchas ocasiones, esa era la verdad. Adriano, en jugada personal, termina con un peligroso tiro en el minuto 52.
Poco después, en el minuto 56, Alexis Sánchez volvió a tener una gran ocasión a pase de Fábregas, que de la única manera posible, por arriba, dejó al chileno delante del portero, pero ante la presión de Ashley Cole echó el balón fuera irremisiblemente.
Entonces Guardiola, con las sustituciones, busca más frescura y desequilibrio por fuera. Primero con Pedro, luego con Cuenca y, más tarde, buscando el juego entre líneas con Thiago. Nada parece funcionar, Messi sigue intentándolo con jugadas individuales pero sin éxito.
Di Matteo contrarresta con Kalou y Bosingwa para defender el resultado.
El mayor peligro llegó en los minutos finales, concretamente a los 86 minutos. Puyol desvía ligeramente una falta lanzada por Messi y Cech hace la parada de la noche.
Un poco más tarde, en el minuto 92, Messi encuentra a un adelantado Busquets, que le devuelve de tacón y, cuando se disponía a tirar, intercepta Terry, el balón le llega a Pedro, que tira cruzado al palo.
Como decía antes, en el fútbol los números son importantes. Pero los más importantes son los que refleja el marcador final y en este caso reflejan la victoria del Chelsea sobre el Barcelona, por la mínima, pero victoria al fin y al cabo y con marcador ‘peligroso’ de cara al partido de vuelta, que se presume emocionante al igual que la otra semifinal que se disputará en el ‘Santiago Bernabéu’.
Desde ya muchas gracias,
Martin
Respuesta:
Hola, yo he comentado en alguna entrevista eso precisamente. El Nou Camp es más ancho y podría ser un factor importante porque las coberturas llegarán más tarde y habrá más espacios para penetrar en la defensa del Chelsea. Gracias.