El Blog de Rafa Benítez
Eurocopa 2012
Rafa Benítez
Se completó la segunda jornada de la fase de grupos de esta EUROCOPA 2012 y seguimos recopilando apuntes de una interesante competición que empieza a dejar ya sus primeras ‘víctimas’ en el camino. Hay dos selecciones que han dicho definitivamente adiós y a las que le quedará cubrir el expediente de la última jornada y despedirse de la mejor manera posible de esta fase final. La derrota de Irlanda ante España y la de ayer de Suecia a manos de Inglaterra les proporciona a ambas el billete de vuelta. En el plano contrario, Alemania tiene cerca su pase a la siguiente ronda y algunas de las otras candidatas casi tienen hechos los deberes para pensar en metas más altas. Sea como fuere, eso será porvenir por cercano que se nos presente y nosotros lo que tenemos que hacer es balance de lo acontecido. Vamos a ello.
Todo por decidir
La anfitriona Polonia se enfrentaba en esta segunda jornada a la brillante Rusia, que venía de vencer con mucha autoridad a la República Checa y sumó su segundo empate consecutivo (1-1). El cuadro local inicio el compromiso con la intensidad y ritmo que ya había mostrado en su estreno y que le permitió una ilusionante igualada ante Grecia. Con su sistema amparado en el 1-4-1-4-1 tuvo algo menos de posesión que la escuadra rusa, pero por el contrario salió muy bien a la contra. Especialmente, por la banda derecha, con Blaszczykowski como su elemento más peligroso tal y como demostró con el excelente tanto que rubricó yéndose con vistosidad hacia dentro partiendo desde su banda natural. Los polacos tenían buena llegada en ataque desde segunda línea, pero mostraban algunos desajustes en defensa, especialmente a la hora de neutralizar los lanzamientos de las faltas laterales en contra.
Por su parte, Rusia iniciaba el duelo con un sistema 1-4-3-3, apoyándose principalmente en la calidad de sus futbolistas más ofensivos. Nuevamente, como ya tuvimos la ocasión de ver en su primer partido en esta fase final de la EUROCOPA, los exteriores, Arshavin y Dzagoev (logró el tanto que adelantaba a su equipo y suma ya tres), conseguían con cierta facilidad imponer su superioridad numérica en el medio con sus sincronizados movimientos hacia dentro. Además, el bloque alternaba fases en las que mantenían bien el balón buscando pacientemente las mejores opciones, junto a salidas muy rápidas a la contra. Zhirkov volvió a incorporarse con frecuencia por la banda izquierda, siempre con una gran sensación de peligro, y sus mayores problemas vinieron habitualmente cuando les cogían a la contra. Especialmente en la zona del eje, donde sus centrales que no son especialmente rápidos, dejaron ver sus carencias en ese sentido. Mucho más positivo fue su rol en acciones a balón parado a favor y, si ajustan mejor su sistema defensivo, pueden ser uno de las denominadas ‘sorpresas’, aunque menos, de la competición. Tal vez el parón invernal por el que se ve obligado a pasar cada año su campeonato liguero les permite llegar mejor físicamente a estas fechas y podría ser una ventaja de cara a los siguientes compromisos que le aguardan.
En cuanto al partido entre griegos y checos, Grecia, como ya había hecho en el anterior choque, fue de menos a más durante los noventa minutos. Comenzó con un esquema de 1-4-3-3 y, al tiempo, una escasa capacidad de atención y concentración, lo que les llevó a encajar un par de goles en los primeros seis minutos y, lógicamente, esto ya condicionó totalmente el resto del encuentro. A sus jugadores les falto ritmo e intensidad defensiva, no mantuvieron el balón mínimamente en ataque y se mostraron impotentes ante la capacidad realizadora de su rival. Eso sí, la evolución del sistema en la segunda parte al 1-4-4-2, pero sobre todo su cambio de actitud, les llevó a ser mucho más verticales cuando era necesario, a tener más el balón buscando mejores combinaciones y a presionar con más intensidad, recuperando más balones, casi siempre por actitud más que por ajustes tácticos, pero al menos tuvieron mas posibilidades de empatar el partido, algo que finalmente no llegó a pesar del tanto de Gekas (m. 53).
La Republica Checa, con un 1-4-2-3-1, se encontró con dos goles a favor al inicio del encuentro, a los que ayudaron las comentadas facilidades dadas por su rival, y eso les permitió jugar con cierta, mucha, comodidad hasta que el error de Cech en el gol encajado despertó a Grecia, que apretó y mucho desde entonces hasta el final para poner en algunos apuros la portería checa.
Rosicky fue un jugador clave en ataque, con buenos movimientos entre líneas y ofreciéndose para triangular con sus compañeros. Pero su forzada salida del campo por lesión hizo que su equipo lo acusase en exceso y de ahí también partieron los apuros que hubo de soportar hasta el final. Las subidas del lateral G. Selassie creaban superioridad numérica en la banda derecha y los jugadores de segunda línea, Pilar, Jirasek y el propio Rosicky, eran la mejor baza ofensiva de los checos. En defensa, tanto los centrales como los medios centros se mostraron seguros y sólo al final, ante la presión griega, tuvieron algunas dificultades tal y como queda reseñado.
En definitiva, y a manera de improvisado resumen, todo está sin decidir en este grupo A y a la espera de una nueva, definitiva y emocionante jornada. Mejor para el fútbol y para los que disfrutamos viéndolo.
Alemania casi tiene pasaporte
Holanda llegaba a su segundo choque con la sensación de que había dejado escapar una magnífica oportunidad frente a Dinamarca en un duelo en el que parecieron superiores aunque, al mismo tiempo, fueron poco efectivos. Sin embargo, tras el encuentro contra Alemania la realidad es que el equipo holandés no ha mostrado en ningún momento ese equilibrio entre el ataque y la defensa que se requiere como norma de obligado cumplimiento en este tipo de competiciones tan intensas y competitivas.
Su sistema de partida era un 1-4-2-3-1, esta vez con Mathijsen en lugar de Vlaar como central izquierdo en la zaga y los dos mismos medios centros, De Jong y Van Bommel, que jugaron el reseñado compromiso contra Dinamarca. Los excelentes movimientos de Mario Gómez en ataque y los malos movimientos de la defensa naranja resultaron absolutamente claves en la victoria alemana final. Junto a esos desajustes atrás, Holanda encontraba muchas dificultades para elaborar su juego. Van Bommel tenía que actuar más adelantado, muchas veces entre líneas, para poder enlazar con los hombres de arriba y esa no es precisamente su principal cualidad. Por eso las transiciones eran lentas, no llegaban balones claros arriba y, además, tardaban en agruparse en defensa, permitiendo al combinado germano elaborar jugadas sencillas pero precisas que hacían que el esférico llegase con cierta claridad a la zona defensiva holandesa.
Reaccionó el seleccionador holandés y la entrada de Huntelaar junto a Van der Vaart en la segunda parte, más la posterior de Kuyt, hicieron que el equipo cambiase el dibujo sobre el campo y fuese básicamente más ofensivo, con más posesión de balón y más llegada. Con el gol conseguido por Van Persie apretaron algo más, pero el equipo alemán se mostró seguro en defensa y logró finalmente llevarse los tres puntos que lo clasifican definitivamente para la siguiente fase.
Alemania, con un sistema 1-4-2-3-1, manejó mucho mejor el partido administrando bien la posesión del cuero y, sobre todo, aprovechando sus ocasiones. Los centrales, Badstuber y Hummels, salieron jugando bien desde atrás, Lahm se incorporaba con frecuencia en ataque por su banda y Schweinsteiger organizaba el juego con precisión y seguridad apoyado por Ozil y el trabajo de Khedira en medio campo. Si a ello le añadimos el acierto goleador de Mario Gómez, estamos hablando de uno de los más serios favoritos para disputar el triunfo final. Al menos esas son las sensaciones que me transmite el bloque germano.
Dinamarca afrontaba su segundo compromiso con mucha confianza en sus propias fuerzas. Su buen papel en el que le midió a Holanda le daba tranquilidad para afrontar este encuentro con bastantes garantías. Su sistema nuevamente era el habitual 1-4-2-3-1 y había cierta dosis de optimismo a la hora de pensar en el tanteo final. Sin embargo, la buena actuación de Bendtner, con los dos tantos conseguidos, no fue suficiente para obtener un resultado siquiera positivo. Los errores en defensa, al no anticiparse ni ganar las segundas jugadas, fueron decisivos a la hora de buscar una explicación técnica a los goles encajados. La salida del balón desde atrás no fue mala, pero sí que resultó algo lenta. Los exteriores no desbordaron por fuera casi nunca y al equipo le faltó precisión en el último pase. La salida del campo de Zimling les restó orden y equilibrio y en ningún momento se hicieron con el control del duelo.
Portugal, con su usual sistema de 1-4-3-3 que ya utilizó contra Alemania, fue siempre mucho más eficaz que Dinamarca en los últimos metros. Aprovechó con solvencia las acciones a balón parado en ataque y también evidenció que atesora más calidad individual que su rival de turno. Coentrao se incorporó con frecuencia por la banda izquierda y los exteriores, Cristiano Ronaldo y Nani, desequilibraron, con demasiada frecuencia para los intereses daneses, en el uno contra uno a sus respectivos pares. Se replegó más en el segundo tiempo y paró el partido siempre que lo necesitó con oportunas faltas tácticas cuando se veían apurados en defensa.
A pesar de la calidad individual de muchos de sus hombres, en Portugal están mucho más cómodos jugando al contraataque, aprovechando los espacios a la espalda de la defensa del rival de turno.
España marca territorio
De entrada en el grupo C, Italia abrió su partido contra Croacia con el mismo sistema que ya utilizó en su choque contra España, un muy práctico y polivalente 1-3-5-2. La diferencia en este caso estaba en la disposición de la propia selección croata, que salió de inicio con un 1-4-4-2, lo que hacia que, numéricamente, de los tres defensores centrales italianos dos pudiesen emparejarse con sendos delanteros croatas y siempre hubiese un zaguero con la posibilidad de librar.
Slaven Bilic, seleccionador del bloque arlequinado, sostiene que Italia es la selección más versátil porque puede jugar al ‘catenaccio’ con tres centrales, mantener la posesión con cinco centrocampistas o ser muy directa con Balotelli y Cassano en la doble punta de lanza. Tal vez no le falta razón, porque el sistema y las especiales características de sus futbolistas le permiten hacer precisamente eso. En el primer tiempo, los italianos controlaron el partido y tuvieron mayor llegada que su rival. Además, habría que añadir como cualidad del combinado trasalpino a las mencionadas por Bilic la efectividad a balón parado. En este caso concreto, la mostrada por el eterno Pirlo al transformar con maestría una falta directa que le daba la ventaja temporalmente a Italia.
En ataque, sus laterales dan amplitud al campo y tienen una muy buena condición física para ir constantemente arriba y abajo. Sus tres centrocampistas tienen calidad para mantener esa posesión y buscar el pase de gol e incluso llegar a finalizar, si lo requiere el caso, o tirar desde fuera como otra alternativa. Y así lo hicieron en la primera parte. En defensa tienen agresividad y también, si es necesario, De Rossi puede sacar el balón perfectamente jugado. Por si eso no es suficiente, Buffon sigue siendo un enorme portero que impone a los delanteros rivales y da mucha seguridad a sus compañeros con sus experimentadas acciones.
En el segundo tiempo, tal vez por el gol conseguido o por falta de frescura física como decía su entrenador Cesare Prandelli, los jugadores italianos se echaron algo atrás y le dieron la iniciativa a Croacia, que si en el primer tiempo trataba de salir rápido a la contra cediéndole la posesion a los italianos, en el segundo decidió salir a empatar como mínimo y las subidas de sus laterales, Strinic y Srna, más la mayor participación en el juego de Modric, hicieron que controlasen el tempo del partido. Fruto de esa mayor presencia en el campo contrario llego el gol de Mandzukic, el tercero de su cuenta particular, tras un buen centro del lateral Strinic, en una de sus muchas subidas y cogiéndole el delantero del Wolfsburgo la espalda a la defensa italiana.
Desde ahí hasta el final, los croatas apretaron y los italianos sufrieron para mantener el empate, que deja para el último partido la posible clasificación de ambos equipos.
Para cerrar la jornada en el grupo C, España y la Republica de Irlanda afrontaban el cruce con sus sistemas habituales. El 1-4-3-3 para los españoles, esta vez sí con Fernando Torres como delantero centro, y el habitual 1-4-4-2 para los planteamientos irlandeses. Pero también lo encaraban con sus roles perfectamente claros desde el primer minuto de juego. Los españoles como claros favoritos y los irlandeses, algo timoratos, sin mucha esperanza de conseguir algo positivo pero con la ilusión del ‘nada que perder’ como bandera. Pronto se confirmó lo esperado y, a los 4 minutos, Torres adelantaba a España y le quitaba la poca confianza que le quedaba al combinado irlandés.
Los de Trapattoni mostraban tímidamente sus cartas, juego directo y luego tratar de ganar la segunda jugada junto a la esperanza de sorprender en las jugadas a balón parado auspiciados en su juego físico. Por su parte, España sacaba su mejor y más lustroso repertorio de toques, pases, combinaciones y, sobre todo, la presión casi enfermiza al perder el cuero. Como en sus mejores partidos, la selección española aprovechaba muy bien las bandas, con Álvaro Arbeloa y Jordi Alba subiendo con frecuencia para aprovechar el espacio dejado por David Silva o Andrés Iniesta con sus inteligentes y medidos movimientos hacia adentro. Los irlandeses sufrían para parar a duras penas las combinaciones por el centro de los ‘bajitos’ hispanos, Fernando Torres mantenía bastante ocupados a los centrales con sus movimientos de desmarque y Alonso tenía libertad y tiempo para encontrar, con sus pases largos diagonales, a esos laterales que subían, especialmente Arbeloa, que partía de posiciones muy adelantadas.
Robbie Keane estaba siempre atento a Sergio Busquets en defensa, pero eso no era suficiente para evitar la circulación del esférico que imprimían los de rojo, con jugadores como Xavi Hernández, Andrés Iniesta y David Silva con mucha movilidad, lo que dificultaba mucho su marcaje. La enorme calidad de los futbolistas españoles hacía que la precisión y la velocidad de sus pases, junto a esa presión al perder antes comentada, resultasen imposibles de neutralizar por parte de los jugadores de verde, por lo que el 4-0 final no hace sino reflejar la diferencia, a día de hoy, entre ambas escuadras.
Los números al final del compromiso decían que la posesión fue de un 72 y un 28% para España e Irlanda respectivamente. Lo que no hacía más que confirmar la notable superioridad española que reflejó finalmente el marcador.
Irlanda tenía dificultades para salir con el balón jugado y sólo se podría destacar su ilusión y combatividad durante todo el duelo. El gol de David Silva, puede que con algo de suerte como se ha dicho, pero mostrando su casi inmaculado control de la situación dentro del área con una seguridad pasmosa, el de Cesc Fábregas, aprovechando un córner corto sacado rápidamente por España, y los dos goles de Fernando, como en sus mejores momentos, con poderío y superioridad, ganándole perfectamente la partida a los defensores, son una muestra de la variedad de recursos que maneja la selección campeona del Mundo, muy bien dirigida por Del Bosque. Tras esta exhibición, vuelve a ser considerada favorita, gran favorita, y por méritos propios.
A nivel estrictamente personal, permítanme la licencia de que me alegre públicamente de la presencia en el once titular de este equipo campeón del mundo de David Silva, del que aún recuerdo perfectamente su debut, con sólo 17 años, en nuestro Valencia CF en un amistoso en Castellón, y de Fernando Torres, Arbeloa y Alonso, que tanto progresaron en su paso por la Premier.
Francia e Inglaterra piden paso
Como era de esperar y casi norma de la casa, los ucranianos empezaron su partido ante Francia de esta segunda jornada con mucha intensidad y una gran implicación y motivación. Basados en un sistema 1-4-4-2 y jaleados por su público, apretaban con gran cantidad de jugadores en cualquier zona del campo y en los primeros minutos adelantando mucho y con riesgo su defensa. Francia, por su parte, con un 1-4-2-3-1 abría mucho el campo con Ribery y Menez para dificultar esa presión y facilitar el movimiento del balón. Lo que parecía un buen comienzo se tuvo que aplazar por la torrencial lluvia, aunque a algunos aficionados parecía no importarles.
Nazarenko, en el medio campo, corría por todos lados persiguiendo jugadores y, lo que podría ser positivo en defensa, se convertía en un problema para su equipo porque perdía constantemente la posición y dejaba muchos huecos para que pudiesen ser aprovechados por los futbolistas franceses.
Desde el principio se apreciaba que Ribery estaba muy metido en el partido, mucho más participativo y, lógicamente, mucho mas peligroso en ataque. Además, Clichy, que entró en el equipo en lugar de Evra para este partido, empezaba a subir y a abrir el campo por su banda.
Con alguna ocasión de Francia, especialmente a balón parado, y la más clara para Ucrania en los pies de Shevchenko, aunque paro bien Lloris, terminó la primera parte. Los franceses tenían la posesión y Ucrania trataba de salir a la contra con peligro.
En la segunda mitad, los franceses se adelantaron pronto en el marcador y eso hizo que el equipo ucraniano poco a poco arriesgase más y tuviese más desajustes en la fase defensiva. Siguió sin crear demasiado peligro en ataque y fue mucho más vulnerable en defensa.
El cuadro galo siguió manejando bien el partido, con incorporaciones de los laterales, Debuchy y Clichy, buenos apoyos de Cabayé por el centro, con buena llegada al área rival como mostró en el segundo gol de su equipo, y los movimientos de los hombres ofensivos, Ribery y Menez en las bandas y metiéndose por dentro cuando era necesario o Nasri y Benzema dando apoyos entre líneas.
Los movimientos de apoyo de Benzema sí fueron esta vez más efectivos, porque había desborde por fuera, ya que Ribery estuvo mucho más activo y Menez también terminaba pisando área. En definitiva, Francia ganó bien y con absoluto merecimiento.
Y terminamos con el intensísimo y emocionante Inglaterra-Suecia. Tanto el bloque inglés como el sueco partían con un 1-4-4-2 y ambas escuadras con la misma idea, repliegue. Cerca de la portería cuando no tenían el balón en el caso de los suecos y algo más adelantados los ingleses. Con este planteamiento, Inglaterra impuso de inicio su mayor calidad y acosó momentos al conjunto sueco, que defendía con muchos efectivos cerca de su propia área. La presencia de Carroll permitía ganar los balones aéreos y Wellbeck se movía bien a su alrededor buscando las segundas jugadas.
Milner entraba con frecuencia por la derecha, pero fue Gerrard desde esa misma zona el que, con un excelente centro, puso el esférico en el área para que el citado Carroll consiguiese el 1-0 con un buen golpeo de cabeza.
En esta primera parte, Suecia nos dejó algunos tiros desde fuera del área y poco más. Inglaterra no pasaba grandes apuros y tampoco se los hacía pasar a la defensa sueca. Dos equipos ordenados y disciplinados, sin mucha intensidad en la fase defensiva ni tampoco demasiado ritmo cuando tenían el cuero.
Al inicio de la segunda parte llega el empate, en una jugada en la que la defensa inglesa, tras el tiro de Ibrahimovic, tendría que haber achicado más rápido para presionar la pelota y, a la vez, dejar a los delanteros suecos en fuera de juego.
Los dos equipos mantenían el orden y las líneas juntas, por lo que el segundo gol sólo podía llegar como llegó, a balón parado. Fue en una falta sacada desde la izquierda por Larsson y Mellberg, completamente solo, cabecea al fondo de la portería inglesa poniendo el 2-1 en el marcador. A los 60 minutos entra Walcott y se marcha Milner. Unos instantes más tarde, a la salida de un córner, hace el segundo gol con un tiro desde fuera que sorprende a Isakson, quizás por la trayectoria del balón y, también, por la cantidad de jugadores que tenia delante y que no le permitían verlo.
El resto del partido nos ofrece un poco más de lo mismo. Pocas ocasiones de gol, algún tiro de lejos más o menos peligroso y dos equipos que se anulaban mutuamente en ataque acumulando mucha gente por detrás del balón en cuanto lo perdían.
Hubo que esperar al minuto 77 para ver algo distinto. Fue un centro de Walcott, que aprovechó bien su velocidad dentro del área, que fue rematado excelentemente por Wellbeck para poner el 3-2 en el marcador y darle la victoria y los tres puntos a Inglaterra y la posibilidad añadida de clasificarse sólo con empatar con Ucrania en su último partido.
La necesidad de irse hacia arriba de Suecia supuso que adelantasen la línea defensiva y dejasen mucho espacio a la espalda, lo que propició un par de peligrosos contraataques de Inglaterra. El resto fue un acoso por parte de Suecia a la portería defendida por Hart, con centros al área que la defensa y el propio meta inglés solucionaron sin problemas.
Como se dice en Inglaterra, ahora el equipo de Hodgson depende de sí mismo, esta sentado en el asiento del conductor.
Dicho lo cual, y sin prisa pero sin pausa, nos disponemos a vivir la tercera y definitiva tercera jornada en la que quedarán definidas las posiciones y los planes de futuro de unos y otros. De los que siguen adelante en la competición y de los que tienen que hacer las maletas de forma apresurada para volver a casa. Aquí lo iremos contando y pediremos vuestra opinión como siempre.