Todos nosotros hemos recorrido innumerables campos de fútbol a lo largo de nuestras vidas. Campos de barrio, campos de tierra, campos con los que soñamos una vez, campos donde dar el definitivo paso adelante, campos de olvido y campos de esperanza. Y tantos y tantos más… Estadios llenos de historia e historias, fraguados de fracasos y leyendas, que han ido moldeando nuestras carreras y nos han empujado hacia adelante tal vez sin rumbo ni patrón. El fútbol no da tregua, engulle y olvida para reinventarse y empezar de nuevo.

Entre tanta vorágine, entre tanta gente, llegar a ‘Anfield’ es llegar a uno de los posibles finales del camino. Digo esto porque me siento afortunado de haber podido ser uno de los elegidos. Uno de los que ha pisado ‘Anfield’, de los que ha vivido ‘Anfield’. Uno de los que ha experimentado en propia piel que el fútbol tiene una dimensión mayor que aquella que la banalidad de estos tiempos nos ofrece. Uno que ha podido comprobar que Albert Camus tenía razón al afirmar que los estadios son el crisol de la cultura y que en ellos, como en ningún sitio, podemos aprender qué cosa es la naturaleza humana. Basta asomarse a ‘Anfield’ para apreciar la dignidad de sus gentes, para entender el pasado de una ciudad golpeada por la dureza de la historia y para darse cuenta, de manera inequívoca, de que el fútbol puede llenar de orgullo y de ilusión a una ciudad herida.

De entre tantas memorias, la Champions League. En ningún estadio de Europa he visto a una afición creer tanto en su equipo como en ‘Anfield’. Real Madrid, Inter de Milán, el partido imposible contra el Arsenal…, y tantos más para recordar que un grupo de jugadores ‘reds’ fueron capaces de fundir, entre las calles de Anfield Road, los valores atávicos y esenciales del fútbol con el orden, el rigor, la eficacia y la belleza del juego. Darle forma y sentido al rugir del silbato inicial en ‘Anfield’, a los canticos llenos de recuerdos y fe proferidos por ‘The Kop’ o mostrar los caminos posibles de la victoria entre las nieblas invernales de ‘San Siro’, quizás eso sea el significado y el secreto de tantas tácticas.

Durante las tres temporadas en el club, mis recuerdos de las noches de Champions se van a la certeza que vi en las caras de los jugadores mientras asistían a la charla previa, en los hoteles de Milán y de Madrid, pocas horas antes de disputar partidos decisivos que acabarían por hacer todavía más grande la historia del club. Y se van también a los silencios de Pepe Reina minutos antes de afrontar citas con la historia sobre el césped de ‘Anfield’, dándose cuenta de que la cita era con la historia de un club, de una ciudad y de unas gentes que han hecho del camino hacia ‘Anfield Road’ un camino de fe y de esperanza.

Autor: Xavi Valero, entrenador de porteros del cuerpo técnico de Rafa Benítez.